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CICATRICES Y EPISIOTOMÍAS

Son diferentes los motivos por los que pueden haber lesiones a este nivel: episiotomías, desgarros durante el parto u otras intervenciones quirúrgicas en la zona.

A las cicatrices se les presta mucha atención durante su proceso de cicatrización, pero una vez quitados los puntos, pensamos que las únicas secuelas que pueden quedar son de tipo estético. Deben regenerarse todos los planos tisulares que han sido afectados dependiendo del grado de la lesión, no sólo la piel, sino también músculo, fascia, terminaciones nerviosas…

Con frecuencia, nos encontramos en este nuevo tejido alteraciones que pueden influir en el adecuado funcionamiento de la zona como fibrosis excesiva, adherencias, alteraciones de la sensibilidad, dolor, aparición de tensiones, acortamientos o contracturas en músculos próximos,…

El tratamiento precoz de las cicatrices perineales con la fisioterapia hace que desaparezcan y/o se prevengan muchas de las complicaciones que pueden aparecer como incontinencia urinaria, prolapsos uterinos, dolor en las relaciones sexuales, así como mejorar la sintomatología de la cicatriz. Se utilizarán distintas técnicas como el masaje, tratamiento miofascial, estiramientos, termoterapia,..

Es fundamental que además de acudir a la revisión ginecológica tras el parto se realice una valoración del suelo pélvico por parte del fisioterapeuta especializado, independientemente de que existan molestias o no, para prevenir posibles complicaciones.

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